Portaciones Legales y homicidios

En Argentina estamos inmersos – una vez más –  en una carrera electoral en donde los discursos de los políticos se mueven sin demasiadas diferencias entre la economía, educación, salud y seguridad. Es obviamente algo esperable, pero apareció un Partido político (La Libertad Avanza) que cruzó la triste normalidad de lo “políticamente correcto” y se atrevió a proponer en su plataforma: “sobre la tenencia de armas de fuego planteamos la desregulación del mercado legal y proteger su uso legítimo y responsable por parte de la ciudadanía”.

Esto desató entre periodistas, políticos y funcionarios declaraciones como:

  • “Es un peligro que la sociedad se arme” ( Martín Tetaz por LN+)
  • “La solución no es darle armas a la gente” (H. Rodríguez Larreta por LN+)
  • “No estoy de acuerdo con la portación de armas para civiles” (Diego Kravetz por LN+, un civil en el cargo de funcionario que posee portación.)
  • “No me gusta la tenencia de armas” (Néstor Grindetti por LN+)

Algunos también se suman a una afirmación errónea al decir, “A más armas más crímenes” sin ningún fundamento estadístico ni empírico. Esto se puede confirmar con datos estadísticos nacionales e internacionales.

DATOS NACIONALES

Para el artículo del día de hoy, hemos tomado como referencia un período de veinte años, desde 2001 hasta 2021 (Gráfico 2), pues solos tenemos datos confiables sobre las portaciones legales otorgadas a Legítimos Usuarios de armas para esos años y que se pueden comparar con las cifras de homicidios suministradas por el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) del Ministerio de Seguridad de la Nación. Sin temor a equivocarnos podemos afirmar que la década de 1990 es de las últimas más violentas y sangrientas y a su vez – coincidentemente – donde la normativa estrictamente restrictiva afectó de manera categórica el acceso legal de civiles a las armas de fuego y se observó un aumento constante de los hechos delictivos, tanto contra las personas como contra la propiedad. Así lo demuestra el ex presidente de la Asociación de Legítimos Usuarios y Tenedores de Armas de la República Argentina (ALUTARA) en el artículo titulado “Las Restricciones a la Posesión de Armas a la Población Civil y su Relación con el aumento de los Hechos Delictivos Cada 100.000 Habitantes”. También describió esta situación el Sr. Mario Alejandro Boglione en “El genio maléfico de un desarmista confeso: José Genaro Báez”.

En el Gráfico 1 observamos que la cúspide de los delitos totales y delitos contra la propiedad se registraron entre los años 2001 y 2003 con un posterior descenso para luego retomar el ciclo ascendente y mostrar un nuevo pico en 2014 y 2015. En cuanto a los delitos contra las personas se observa un aumento constante en el tiempo según este gráfico.

En el año 2002, recordado por la mayoría como el año de la gran crisis económica de la década se produjeron 3.570 homicidios y la Tasa de Delitos totales fue de 3.573 por cada cien mil habitantes. Así lo demuestra el Gráfico 1 extraído de un informe del Sistema de Estadística Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable con información de la Dirección Nacional de Política Criminal. Obsérvese que faltan los datos de los años 2009 a 2013, esto sucedió porque desde la administración de la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner se bajó la orden de no emitir estadísticas oficiales sobre inseguridad. Esta acción deleznable de ocultamiento de datos fue revertida durante la administración del ex presidente Mauricio Macri y en 2018 por decisión de la entonces Ministra de Seguridad Dra. Patricia Bullrich se ordenó la reconstrucción del período 2009 a 2013. Es por ello que hoy contamos con los datos faltantes que se vuelcan en nuestro Gráfico 2.

Gráfico 1

Fuente de la imagen: Informe del Sistema de Estadística Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable

Pasando al Gráfico 2, se puede afirmar que desde la creación de la Red Argentina para el Desarme (RAD – 2004) se profundizaron las restricciones al acceso de armas legales y se observa el abrupto descenso de las portaciones legales otorgadas pero aún así, solo una leve declinación en la cantidad de los homicidios.

Es fácilmente observable a simple vista que la evolución de los homicidios desde la sanción de la Ley de Desarme (26.216) y luego con el comienzo de la ejecución del PEVAF (Plan de Entrega de Armas de Fuego) – a  pesar de los discursos reivindicatorios de dicho plan – la  cantidad de homicidios no disminuyó, sino que tuvo picos sobresalientes en los años 2013 y 2014, pero sí disminuyó y de manera abrupta el otorgamiento de Portaciones Legales, lo que demuestra que la restricción (prohibición de facto) a las Portaciones Legales no tuvieron incidencia directa en la baja de la cantidad de homicidios a pesar de los discursos de políticos, funcionarios y periodistas formadores de opinión.

Hubo un descenso de los homicidios durante la administración de Mauricio Macri hasta el presente. En este punto debo resaltar un dato que no puedo soslayar y es la curiosa cantidad de homicidios (cifras oficiales) que se dan para el año 2021. Digo que no puedo soslayar debido a la experiencia en “relatos oficiales” de las administraciones “kirchneristas”, puesto que cuando podía ser demasiado evidente el “relato” sobre la “década ganada”, directamente optaron por OCULTAR las cifras, como comentamos en este mismo artículo. O sea que tengo el derecho de dudar TAMBIÉN de las cifras oficiales del año 2021, dejo aparte la cifra del año anterior ya que quizás la cantidad de homicidios hayan sido afectadas por la “cuarentena eterna” debido a la Pandemia de Covid 19.

Entonces es obvio que a cuantas más restricciones y burocracia para el acceso a las armas legales, hay más corrupción e indefensión. Así es que se puede afirmar que “Más Armas, Menos Crímenes”.

Gráfico 2

Gráfico de elaboración propia con datos del SNIC

INTERNACIONAL

La evidencia internacional no es el objetivo de este artículo, pero se pueden constatar en dos ejemplos más cercanos a la Argentina y son, Venezuela y Brasil. Sobre Venezuela recomendamos la lectura del artículo de José Niño titulado “Cómo el control de armas se convirtió en un instrumento de tiranía en Venezuela”

Con respecto a lo acontecido en Brasil, es rotundo el antes y el después del Estatuto de Desarme. La legislación desarmista entró en vigencia en 2003/4 y los homicidios aumentaron.

En octubre de 2005 se realizó en Brasil un referéndum por el SÍ o por el NO, con la siguiente pregunta: “¿El comercio de armas de fuego y municiones debe ser prohibido en Brasil?”. El resultado final fue de 59.109.265 votos rechazando la propuesta (63.94%), mientras que 33.333.045 votaron por “Sí” (36,06%). A pesar que los brasileños expresaron un rotundo NO a la prohibición, la ley siguió vigente hasta los cambios de política de armas que llevó adelante el ex presidente Jair Bolsonaro, política que nuevamente fue revertida por el actual presidente Lula Da Silva.

Fabricio Rebelo, coordinador regional de la ONG Viva Brasil, explica: “El estatuto del desarme entró en vigor en 2004, el año en que se registraron 48.374 homicidios en Brasil. Cuatro años más tarde, y casi extinguido el comercio legal de armas, el número ascendió a 50.113 (2008) y han sido desde entonces ascendentes hasta el récord de 56.337, registrado en 2012.”

El descenso de los crímenes en Brasil también es explicado por John Lott Jr. (*) en el artículo “Brasil y las Armas” que comenta: “cuando Bolsonaro asumió la presidencia el 1 de enero de 2019, Brasil tenía una de las tasas de homicidios más altas que cualquier país desarrollado” y al referirse a la política de armas del ex presidente brasileño dice: “las reformas de Bolsonaro produjeron un aumento del 600% en la tenencia de armas. Sin embargo, a pesar de todas las terribles predicciones, los homicidios en Brasil se desplomaron”.

Finalmente entonces, John R. Lott Jr. denuncia una verdad incontrastable: La realidad es que el experimento de Brasil sobre la tenencia legal de armas es solo el ejemplo más reciente de “más armas, menos delincuencia”. Los delitos violentos disminuyeron cuando los delincuentes comenzaron a temer a los ciudadanos armados.”

EL USO CIVIL DE ARMAS SALVA VIDAS.

(*) Presidente del “Crime Prevention Research Center y autor de “More Guns, Less Crime” (Más Armas, Menos Crimen)

¡PORTACIÓN LEGAL, YA!

Autor: Gustavo Rubio – Enero 5 de 2021

“Libre Portación de armas” es el clamor que se comienza a escuchar en este 2021 que arranca. Es un murmullo que va tomando impulso frente a la apática acción de un Estado desbordado por el exceso de política partidaria y nula respuesta real a las necesidades de la gente.

El cúmulo de atrocidades que la población viene sufriendo de la mano de gobiernos que se miran el ombligo, practican el buenismo de la corrección política y, sobre todo, fallan al momento de aplicar medidas que ayuden al ciudadano común y castiguen al criminal, está llegando a niveles insoportables.

“Tenemos derecho a defender nuestras vidas y la de nuestras familias” reza el slogan que crece a medida que los pañuelos negros se van multiplicando con la calma pero con solidez entre los legítimos usuarios. Es un recordatorio a los representantes estatales que los derechos no son materia de opinión, ni de subjetividad ni de arbitrariedades. Es un llamado de atención, un aviso de que quienes están dentro de la ley no son los culpables de la inseguridad como se los viene estigmatizando desde el 2004.
Pero esto no es un capricho ni una idea trasnochada. Esto tiene su origen desde el momento que el Estado decidió cazar en el zoológico aplicando el ideario de políticas antirrepublicanas enarbolado por la RAD, INECIP y similares para deconstruir un Estado democrático y constitucional e instaurar un régimen totalitario. Pasó en Venezuela, pasa acá. Ante la ausencia de un Estado que proteja a la gente, y además, un Estado que libera a los delincuentes, los ciudadanos exigen que se les respete la elección de ejercer el derecho natural, constitucional y humano de defender su vida, la de su familia y su propiedad.

Usurpando la bandera de los derechos humanos, los gobiernos progresistas se han dedicado a socavar las bases de los derechos de los ciudadanos y a recortar libertades individuales poniéndose del lado de los delincuentes. Tomas de tierras, patotas violentas que cortan calles, castigo a policías y ciudadanos que abaten delincuentes armados son algunos ejemplos.
A esas políticas de seguridad en Argentina se le suma otra para aplacar los animos: humo para la tribuna.

Por  un lado, las Politicas aplicadas a las Fuerzas de Seguridad  suman más al caos reinante que a brindar una solución real y concreta. Convertida en una máquina de hacer chorizos, sacan a la calle efectivos policiales mal preparados y mal equipados, con apenas algunos disparos, cero cursos de comunicación y psicología en resolución de conflictos sociales, y equipados a la buena de Dios. Trabajan a puro coraje y voluntad, expuestos que a la primera situación terminen con un legajo por alguna cuestión de DDHH o, peor, velados por su familia. Se dilapidan así millones de dólares en aportes de los ciudadanos via impuestos al año para mantener una pantagruélica Fuerza mal preparada y peor equipada que no puede siquiera trabajar porque pasaron a ser una fuerza de apoyo político en vez de ser una fuerza de apoyo judicial (con todo lo que ello trae: corrupción, mafias, etc}.
Por el otro lado, otros tantos millones de dólares se van año a año en planes, cursos y propaganda encausada a convencer a la Doña Rosa que la mayoría de quienes parasitan en el Estado hacen algo. Cursos sin fundamento de violencia familiar dado por cualquiera, planes de entrega de Armas sin registro y anónimo, conferencia para cuatro gatos locos de las turbias ONGs mientras inocentes siguen muriendo en Rosario, mujeres son golpeadas hasta la muerte en Florencio Varela o piratas del asfalto afanan camiones a punta de escopeta en Salta.

Otra vez los recursos del estado para fomentar carreras burocráticas de políticos totalitarios de terceras líneas que quieren ascender usando la escalera mentirosa del desarme civil rapiñando fondos públicos de pasada.
Desde que se instauró el Plan Entrega Voluntaria de Armas de Fuego en 2007 la Tasa de Delitos cada 100 mil habitantes, según el Sistema nacional de Información Criminal,  dejó descender y lleva una constante, creciente levemente, de alrededor de 3200 casos anuales en promedio. Otro tanto sucede lo mismo con los homicidios dolosos. Dejaron descender en la misma fecha para ir tomando impulso de apoco. Los números pueden ser más o menos según se actualicen, pero lo que está claro es que el Estado hace 13 años que está regalando millones de dólares para destruir historia, piezas valiosas de colección y hasta borrando pruebas de algún crimen al no tomar muestras balísticas. 13 años de no darle solución a la gente pero seguir desarmándola frente al crimen.

Otro caso escandaloso es el el tema de la portación. Coincidiendo con la creación de la Red Argentina para el Desarme en el 2004, el Estado argentino ha restringido la acreditación de permisos para portación a los legítimos usuarios. No interesa la idoneidad, ni que el entrenamiento sea mayor al de los agentes que patrullan día a día las calles o que carezcan de antecedentes penales, el Estado orgullosamente colectivista de la Argentina decidió  arbitrariamente no entregar portaciones. Nada oficial eso sí, todo a través de pequeñas trabas administrativas y militancia de la mentira. ¿Bajaron los hechos de inseguridad gracias a esta movida? No. En 2004 los civiles con portación superaban los 7 mil y los muertos por armas de fuego apenas los 2800. Hoy hay apenas una centena de civiles con portación y los muertos superan ampliamente los 3000 y pico.

Los números, sin hilar muy fino, dejan en evidencia una cosa: el Estado argentino dilapida valiosos millones de dólares en recursos que podrían ir a educación, salud o incluso en seguridad por seguir políticas basadas en la mentira y la arbitrariedad que cuestan miles de vidas inocentes al año al dejarlas indefensas frente a los delincuentes y criminales.

Existen más de 900 mil legitimos usuarios en Argentina, la mayoría empujados a la ilegalidad de no poder renovar sus credenciales por culpa de esas políticas desarmistas que se dedican a atacar a quienes no causan problemas. Si la tenencia legal de armas fuera tan mala como la venden los desarmsitas, el país sería un matadero, pero los LLUU involucrados en un hecho delictivo son el 0,001%.

Frente a la contundencia de estos números surge la pregunta ¿Por qué razón el Estado argentino NO QUIERE QUE LA GENTE DENTRO DE LA LEY SE DEFIENDA?

El pañuelo negro es, por un lado, la imagen de este cuestionamiento y por otro, el pañuelo negro quizás esté dando la respuesta a esos políticos que no se animan  a ver la realidad: hay un grupo enorme de personas, pacificas y legitimas, que desean defender los valores de la Libertad y la Constitución, que desean cuidarse y cuidar a su familia, el fruto de su trabajo, todo dentro de la ley. Si se libera la portación, por un lado inversión en Seguridad que debería hacer el Estado se reduciría por lo menos a la mitad pudiendo tener personal mejor entrenado, especializado y con mejor material. Por otro, no todos los LLUU van a salir a buscar una autorización para andar paseando un arma de fuego. En EEUU, según la pagina del FBI, sólo el 25% de los usuarios de armas legales tienen un permiso para portar o eligen hacerlo. ¿Si un oficial de policía recién egresado, con un total de entre 5 y 20 disparos en pedana, el Estado lo autoriza a portar un arma sin problema, por qué se le niega lo mismo a un Legitimo Usuario con más práctica?  
La portación legal es una elección, no una obligación; es una responsabilidad y no un capricho; es un derecho de nuestra República y no un privilegio otorgado por el entongue y el amiguismo de un Estado corrupto.

Las armas en manos idóneas salvan vidas. Cuando más tiempo pase con estas políticas desarmistas, más vidas inocentes se perderán asi que la única solución viable es que quienes deseen y estén capacitados puedan portar legalmente. Hace más de una década que se vienen repitiendo políticas erradas, los resultado están a la vista. Cuestan vidas. Es momento de cambiar.

Gentileza de: decilofuertedotcom.wordpress.com

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